Contexto de la reforma
En 1994, Argentina realizó una reforma constitucional importante a través de una Convención Constituyente, luego del Pacto de Olivos entre el gobierno de Carlos Menem y la oposición liderada por Raúl Alfonsín. El objetivo era modernizar la Constitución de 1853 e incorporar nuevos derechos.
Visibilización de los pueblos indígenas
Durante los años previos, organizaciones indígenas y de derechos humanos impulsaron el reconocimiento constitucional de la preexistencia étnica y cultural de los pueblos originarios. Sus demandas se debatieron en comisiones de la Convención Constituyente.
Participación indígena y alianzas
Delegados y referentes indígenas, junto con aliados en el Congreso y en la sociedad civil, lograron que el tema ingresara a la agenda oficial de la reforma, articulando argumentos históricos, jurídicos y sociales para su inclusión.
Redacción del inciso 17
El nuevo texto del art. 75 inc. 17 estableció que corresponde al Congreso reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos, garantizar el respeto a su identidad, el derecho a una educación bilingüe e intercultural, la posesión y propiedad comunitaria de las tierras que tradicionalmente ocupan, y la entrega de otras aptas y suficientes, entre otros derechos.
Resultado histórico
Con su aprobación, por primera vez la Constitución Nacional reconoció explícitamente a los pueblos indígenas como sujetos colectivos de derecho, marcando un cambio de paradigma: de la asimilación forzada a la garantía de identidad, territorio y autodeterminación dentro del Estado argentino.