Día Mundial del Medioambiente
Hoy se celebra el Día Mundial del Medioambiente, y este año el lema elegido es “Sin Contaminación por plásticos”, un llamamiento global a tomar conciencia del daño que causa este material al planeta.
Desde la Organización de las Naciones Unidas (ONU), aseguran que buscarán motivar a “adoptar prácticas sostenibles que impulsen un cambio sistémico”. Hay quienes son genuinos guardianes de la naturaleza ancestralmente, y a quienes debemos dirigir nuestras miradas si queremos vivir en armonía con el ambiente: los Pueblos Indígenas.
El mundo se enfrenta actualmente a una serie de problemas extremos ligados a la contaminación por plásticos, que incluyen la alteración de la fauna y flora, degradación de los hábitats naturales y la producción de gases de efecto invernadero, propulsores del calentamiento global y el cambio climático.
Aunque las prácticas de reciclaje caseras aporten pequeños granitos de arena, son un puñado de empresas transnacionales –como Coca Cola, entre las más conocidas– las responsables de la mayor parte de la contaminación global por plásticos.
Sin embargo, del otro lado de la vereda están los Pueblos Indígenas, quienes milenariamente han sido guardianes de la biodiversidad y los ecosistemas, y quienes llevan prácticas sostenibles con el medioambiente. Estas prácticas – caza y pesca, uso de plantas medicinales y la gestión del agua, entre otras- están diseñadas para mantener el equilibrio ecológico y una buena gestión de la tierra. Esto sucede porque tienen una conciencia innata del valor de la vida y la biodiversidad, y tienen una conexión espiritual única con cada ser vivo y recurso natural que tengan a su alcance.
Pero a menudo sufren la invasión de sus territorios ancestrales para la explotación de recursos naturales (como minerales y madera), proyectos inmobiliarios y hoteleros, y otros intereses económicos y políticos. Actualmente se enfrentan a todo tipo de violencias y avasallamientos -impulsados por el Gobierno nacional- para ser finalmente despojados del todo.
Ilusos quienes piensan que así se construirá un mundo mejor. Las consecuencias de estas prácticas se derraman sobre toda la sociedad, generan más pobreza entre los pobres y más riqueza entre los ricos, violencia sin límites, y degradación ambiental.
“Somos analfabetos ecológicos”, dijo alguna vez el reconocido biólogo Raúl Montenegro, y a su vez calificó a los Pueblos Indígenas como “maestros naturales en biodiversidad y convivencia con la naturaleza”, pues es a ellos a quienes debemos imitar para salvar lo que queda, no despojarlos de sus territorios. Pero para eso, primero debemos preocuparnos por entender su cultura y respetar sus derechos, exigiendo a los gobiernos que actúen en consecuencia.
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