Este fin de semana se realizó en Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) el XXIII Encuentro de Educadores Indígenas, con la participación de docentes interculturales de los pueblos Qom, Pilagá, Wichí, Rankulche, Huarpe, Kolla, Mapuche, Mapuche Tehuelche, Guaraní, Mbya Guaraní y Mocoví, además de educadores no indígenas.
El espacio estuvo dedicado a la escucha y el intercambio para repensar y fortalecer la Educación Intercultural Bilingüe (EIB), compartiendo realidades, desafíos y experiencias comunes y particulares de cada pueblo.
El Pueblo Mbya Guaraní se destacó especialmente por la vitalidad de su lengua, elemento fundamental para mantener viva la cultura. Muchas expresiones solo adquieren sentido entre sus hablantes y no tienen una traducción fiel en otros idiomas, lo que refuerza la importancia de conservarla.
Así lo reflejaron los representantes que viajaron desde Misiones. Santiago Ramos, mburuvicha de Puente Quemado, Garuhapé, expresó: “Quedaron sorprendidos de cómo los Mbya seguimos valorizando nuestra lengua, nuestra cultura, nuestra espiritualidad, cantos y danzas, porque las otras etnias ya van perdiendo todo eso”.
Y continuó: “Me siento orgulloso de seguir manteniendo mis raíces vivas y firmes. Nos falta profundizar más en los relatos escritos”.
En la misma línea, Fermino Méndez, de la Comunidad Chafariz (San Vicente), afirmó que “la mayoría de los pueblos comentaron que van perdiendo su idioma, muchas veces no lo hablan por miedo al rechazo de la sociedad. Por eso nosotros nos sentimos orgullosos y por eso se profundizó en la importancia de seguir trabajando con las narraciones orales”.
Por su parte, Javier Villalba miembro de Mbokajaty, (San Ignacio), regresó con entusiasmo renovado y ganas de dejar un legado escrito: “Nunca había pensado en hacer un libro y que eso quede como material educativo, pero pensar en hacer algo propio me fascinó”.
La puesta en común permitió reconocer la riqueza de cada pueblo: algunos se destacan por su tradición oral, otros por sus materiales didácticos y otros por sus producciones escritas. Compartir esas experiencias abrió nuevas posibilidades para todos.
Carina Rosa Cortez, delegada del Equipo Diocesano de Pastoral Aborigen en Mendoza, expresó que el encuentro fue “un espacio para fortalecernos entre todos y acompañarnos en el cuidado de la memoria”.
En este sentido, destacó que el Pueblo Huarpe, al cual acompaña, se encuentra en pleno proceso de revitalización de su lengua, mediante cursos y talleres, y por eso este encuentro fue importante para adquirir más herramientas.
Consideró que “la lengua es la identidad de un Pueblo Indígena”, y enfatizó en la importancia de transmitírselo a los niños. “Lo importante es fortalecernos como hermanos, tejer redes para acompañarnos y poder cuidar de eso que nos hace Pueblo Indígena, que son las lenguas, los saberes ancestrales”.
Daniel Necul, quien forma parte del Pueblo Mapuche-Tehuelche, Chubut, comentó: “El encuentro abrió haciendo mención a la semilla y a la fuerza de la memoria de los pueblos… y cómo los frutos que cosechamos hoy, son el resultado del cuidado, de la resistencia y de la transmisión cultural”.
“Me traje como fruto la certeza de que la EIB es una semilla que ya está germinando en cada territorio y Comunidad, y depende de nosotros seguir cuidándola para que dé vida en cada escuela y abrace a los Pueblos Indígenas en toda su riqueza”.
La edición estuvo cargada también de emotividad y memoria, al recordar a Daisy Aranda y Patricia Manso, quienes dedicaron su vida a la Educación Intercultural Bilingüe, caminando siempre junto a los Pueblos Indígenas.

