Cada 12 de octubre, desde 2010, se celebra el Día del Respeto a la Diversidad Cultural, antes mal llamado “Día de la Raza”, que conmemoraba la llegada de los colonizadores a América. Justamente, este cambio buscó darle otro sentido a esta fecha, abriendo paso a una reflexión histórica, al respeto y al diálogo intercultural.
En esta fecha resulta fundamental remarcar esta preexistencia de los Pueblos Indígenas, reconocida constitucionalmente, y reivindicar a estos Pueblos que desde la colonización han tenido que soportar la invasión, destrucción, y discriminación sistemática y que continúa hasta nuestros días.
Más de 40 Pueblos Indígenas habitan el actual territorio argentino, aunque ya lo hacían mucho antes de que existieran las fronteras y se conformaran los Estados-Nación, lo que les da una conjunción de derechos justificados en el marco legal. Argentina es un país multicultural en el que coexisten diversas identidades, idiomas, tradiciones, instituciones y cosmovisiones, y hoy es un día especialmente pensado para visibilizar esta realidad y reflexionar acerca de cómo nos relacionamos.
En Misiones habita el Pueblo Mbya Guaraní, portador de una espiritualidad única y una enorme fortaleza para llevar adelante las luchas por sus territorios y por el reconocimiento de su autonomía para la toma de decisiones, entre muchas otras. Aunque el camino es arduo, ni en los momentos más difíciles pierden su esencia y alegría; la música y la danza siempre están presentes. También son pacientes y dicen que la paciencia es la virtud de los sabios.
Los Mbya son guardianes de la naturaleza desde que nacen. Viven en comunión con la selva, su tekoa, el único lugar donde pueden mantener viva su cultura ancestral. Las plantas, los animales, el agua, el aire que respiran, todo tiene un valor espiritual. Por eso cuando son invadidos por empresas o particulares que dañan el monte, el dolor va más allá de la pérdida material.
El actual gobierno nacional se declaró enemigo de los Pueblos Indígenas y todas sus políticas –simbólicas o materiales- apuntan a borrarlos de la historia, desprotegerlos y derogar los derechos adquiridos hasta ahora. Al parecer, esta visión legitima operaciones de odio que se replican en la sociedad, y hoy los Mbya son víctimas de discursos negacionistas, estigmatizantes y discriminatorios. Sin embargo, aunque los ataquen por distintos frentes y busquen desestabilizarlos, son justamente todas esas maniobras las que los vuelven más fuertes, decididos y unidos. Hoy la lucha de una Comunidad es también la lucha de todas las demás. El Pueblo Mbya en Misiones existe y resiste.