Se cumple un año de un triunfo territorial del Pueblo Mbya: Tekoa Yvy Porã Mirĩ, en San Vicente, recuperó los lotes que permanecían en manos de un privado, situación que había traído mucha violencia a sus vidas.
Fue el resultado de una larga lucha colectiva, sostenida con dignidad y sin rendirse ante el sufrimiento. Incluso cuando esa familia les prendió fuego el Opy -su lugar sagrado-, volvieron a construirlo y resistieron.
La situación no pasó inadvertida por simpatizantes con la lucha indígena -EMiPA entre otros- y también llegó a oídos de la asociación suiza Sagittaria, dedicada a la protección ambiental, que ante la ausencia del Estado, brindó apoyo económico para asegurar el territorio. Su director, el biólogo Johannes Jenny explicó que lo hicieron por preservar la biodiversidad y el modo sustentable de vivir del Pueblo Mbya.
A lo largo del proceso, Comunidades de toda la provincia acompañaron la lucha. Los líderes del Aty Ñeychyrõ, Organización Tradicional Mbya, estuvieron presentes en cada paso y aquel histórico día, cuando se firmaron los papeles, se vivió como un logro compartido. Un grito de felicidad que cada uno lo hizo propio y se multiplicó. Porque para los Mbya no existen batallas individuales.
Aún quedan muchos territorios por recuperar. Pero hace un año se ganó una lucha que se convirtió en un recordatorio: la unión, perseverancia y convicción son la fuerza de cualquier pueblo que no se resigna.
