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Monte Victoria, una reserva privada sobre territorio Mbya

¿Ambientalismo o apropiación en Teyu Cuare?

Tekoa Mbokajaty, en San Ignacio, Misiones, denunció una nueva y grave vulneración a sus derechos territoriales: personas ajenas a la Comunidad están realizando limpieza y deforestación de plantas nativas, como así también del río Paraná, con maquinaria pesada, dentro de un área que forma parte de su territorio tradicional y relevado por Ley 26.160.

Las actividades se están llevando a cabo en nombre de una supuesta “reserva natural privada” llamada Monte Victoria, a nombre de Leyrías-Giménez, quienes se adjudican la propiedad del lugar.

“Vimos que la maquinaria estaba haciendo limpieza en la vereda del camino que viene hacia la Comunidad, estuvieron limpiando hasta el río Paraná y empezaron a acarrear piedras para hacer un entoscado hacia el Parque Teyú Cuare. Fuimos a ver hasta dónde iba… y ahí descubrimos que estaban limpiando dentro de nuestro territorio”, explicó Silvio Méndez, representante legal de Mbokajaty y quien realizó hoy una denuncia policial.

El hecho no solo invisibiliza la presencia ancestral de Mbokajaty en el lugar, sino que además viola el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), al que Argentina adhiere, que garantiza el derecho de los Pueblos Indígenas a la consulta previa, libre e informada ante cualquier medida que afecte su vida. Los integrantes de la Comunidad no fueron informados, ni consultados, ni convocados a participar de ninguna decisión sobre este tema.

Lo que es más grave aún, es que la maquinaria utilizada sería del municipio. Cabe recordar que San Ignacio en su Carta Orgánica “reconoce la preexistencia de los Pueblos Originarios de América, en especial a los de esta tierra”, aunque hace años viene pasando por alto estos atropellos porque incluso forma parte de ellos.

Este intento de apropiación privada no es un hecho aislado, sino parte de una serie de atropellos históricos en San Ignacio, que siguen vulnerando sus derechos territoriales, esta vez bajo el ropaje del ambientalismo o la conservación, sin respetar los marcos legales vigentes.

La realización de estas tareas no solamente es ilegal sino que además es una expresión del racismo estructural que persiste en las prácticas estatales y privadas sobre territorios indígenas. Por eso desde la Comunidad exigen la intervención urgente de las autoridades competentes, el cese inmediato de estas actividades y el reconocimiento pleno de sus derechos territoriales, tal como lo establecen la Constitución Nacional, la Ley 26.160 y los tratados internacionales.

Silvio aseguró que están cansados de estas situaciones, pero la lucha no termina: “Seguiremos luchando por el territorio, no bajaremos los brazos”. Hoy, Tekoa Mbokajaty vuelve a alzar la voz. Denuncia y resiste porque el territorio no se vende ni se negocia: se respeta.

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